Realmente parece una fiesta ver el campo de los alrededores de Serrada en la época de vendimias, con los tractores y las vendimiadoras moviéndose el todas las direcciones, quebrando la quietud de las frías noches de septiembre. Las bajas temperaturas (la mayoría de los viñedos están por encima de los 700 m de altitud), han favorecido la dureza del hollejo, limitado las oxidaciones y permitido un procesado rápido y una expresión aromática de mucha calidad. Sin duda un premio para el olfato trabajar en la bodega en el momento del procesado de la uva: hinojo, manzana verde, notas de lima y pomelo... eran los aromas predominantes.
Por fin después de tres años de trabajo en la zona tenemos una cosecha típica. Los colores dorados de las anteriores cosechas, se ven ahora dominados por notas verdosas y de irisaciones aceradas, que hacen al vino muy muy brillante.

En nariz este vino 100% Verdejo, presenta notas anisadas y de flores de almendro, sobre un fondo de heno fresco recién cortado, matices de limones amarillos de Sorrento y sutiles notas tropicales (piña, maracuyá, mango…). En boca es vibrante por su juventud, pero al mismo armado y sabroso, con recuerdo de nuevo de hinojo y frutas exóticas. El retrogusto es vínico, sutil, fresco y con equilibrio, que pide un nuevo sorbo, en busca de la explosión de matices.